Al haber tenido que cambiar nuestra forma de trabajar, y sobre todo, al estar recluidos en nuestros hogares, nuestra salud puede verse muy perjudicada. Este tipo de problemas aumenta sobre todo en aquellas personas que no pueden disfrutar de una exposición solar directa durante al menos 10 minutos cada día.

Por ello, además de para mantener nuestro reloj biológico, los especialistas recomiendan que permitamos la entrada de luz durante todo el día. Por otra parte, puede ayudar en este punto, asomarnos a una ventana abierta, una media de 30 minutos por día, sin ningún tipo de gafas de sol.

En este caso, lo aconsejable es optar por la luz de la mañana, ya que ayuda a disminuir la fatiga y puede servir para protegernos ante problemas de estrés o de ansiedad. Por otra parte, también es recomendable reducir la luz de nuestros hogares a medida que vaya anocheciendo, e intentar seguir una serie de actividades relajantes justo antes de ir a acostarnos.

De esta forma y al evitar estimulantes, como el café, a partir de las 16:00h; así como ejercitándonos por la mañana o, al menos tres horas antes de ir a dormir, conseguiremos mejorar, no solo nuestro estado físico y psicológico, sino nuestra calidad de sueño y nuestra salud.