En esta exposición hay objetos muy interesantes como la roca lunar que regaló Nixon al Gobierno español en 1977, una estación táctil para invidentes, trajes de cosmonautas y astronautas, libros antiguos y, por último, algo muy especial: el prototipo del traje que creóel ingeniero español Emilio Herrera en 1935 y que 30 años después utilizaron como base para hacer el traje espacial que conocemos actualmente.
Hay también una vitrina dedicada en Fresnedillas de la Oliva (Madrid) porque estuvo muy implicada en la llegada del hombre a la Luna: la señal llegó primero a este pueblo y desde allí llego a la Nasa.
Se sabe poco sobre el trabajo que realizan los astronautas en el espacio. Para empezar, su jornada de trabajo es de más de 12 horas diarias. Todo tiene que estar muy ordenado, porque los espacios son pequeños, además, constantemente están realizado labores muy delicadas y complejas.
La NASA en los años 90 decidió realizar una misión espacial para el estudio del cerebro en la ingravidez. Había que dedicársela a un gran científico y el elegido fue el neurocientífico español Santiago Ramón Y Cajal. Llevaron unas ratas al espacio, estuvieron durante 16 días y cuando volvieron a la Tierra comprobaron que su cerebro había cambiado y no habían recuperado su capacidad motriz.
¿En qué repercuten las investigaciones que se realizan en el espacio?
Los experimentos científicos que se hacen van directamente a medicamentos que van a repercutir posteriormente en mejorar nuestra salud.
Muchos niños y niñas quieren ser astronautas y cuando crecen van siendo conscientes de las dificultades que conlleva. Para lograrlo, hay que estudiar mucho, dominar varios idiomas, tener un carácter especial.
¿Cuál es la huella ecológica de los viajes al espacio?