Cuando hablamos de biomasa nos referimos a leña, pellet y astilla. Eduardo Rojas, decano del Colegio de Ingenieros de Montes, considera que en España existe una gran oportunidad en este aspecto.
Uno de los legados de los países del este de Europa son las redes de calor, que ellos generan a través de las industrias de carbón. Las sitúan cerca de las ciudades para calentar las barriadas nuevas a través de este sistema.
Una red de calor permite suministrar energía a varias viviendas a la vez, mediante el uso de la astilla.
Si no es posible establecer una red de calor, la opción es una caldera de pellet, un combustible con un precio más elevado que la astilla.
De esta forma, la red de calor es más eficiente, especialmente en los pueblos que forman parte de la España vaciada.
Este sistema transforma un producto que aumenta el riesgo de incendio en uno de los anclajes del desarrollo económico. Porque la red de calor genera nuevos puestos de empleo.
No obstante, muchas poblaciones pequeñas no pueden afrontar económicamente el establecimiento de una red de calor.