La temperatura registrada en el Ártico este año 2016 es la más alta desde 1900. Así, lo ha declarado la Administración Nacional Atmosférica y Oceánica (NOAA) en su informe anual 'Artic Report Card' sobre los cambios de esta zona.
Entre las conclusiones del informe destaca el hecho de que la temperatura del aire sobre las áreas terrestres del Ártico entre 2015 y 2016 fue la más alta de la historia, con un incremento de 3,3°C desde 1900.
El estudio también informa que la nieve ártica de América del Norte estableció un récord mínimo y su extensión descendió en mayo de 2016 por debajo de los cuatro millones de kilómetros. Lo mismo ocurrió con la capa de hielo de Groenlandia, que comenzó su fusión de hielo antes de lo esperado.
La capa de hielo marino también disminuye, y es un 29% inferior que la media entre 1981 y 2010.
Otras organizaciones, como WWF, han informado que, solo en otoño, la temperatura en algunas áreas árticas ha estado 20 grados por encima de lo normal y, en algunas zonas, el hielo está retrocediendo en vez de crecer como debería hacer una vez pasado el verano.
Esto hace que las especies que viven allí se tengan que adaptar a la situación como sucede con el oso polar, que al pasar tanto tiempo en la superficie helada del Océano Ártico ha empezado a ser considerado un mamífero marino. Además, el retraso en la formación de hielo, hace que estos animales gasten sus reservas de grasa al no poder cazar, lo que supone un grave peligro para su supervivencia.
Los científicos predicen que si esto sigue así, para 2050 se habrán perdido un tercio de la población de osos polares.
El informe de la NOAA también ha desvelado que el deshielo y el aumento de la temperatura pueden derivar en otros efectos de cambio climático como la acidificación de los océanos o la liberación de carbono a la atmosfera.
Desde Hazte Eco, trabajamos por la protección del Ártico y pedimos tu cooperación con esta causa, para que logremos que sea declarado Patrimonio de la Humanidad. #SalvaElÁrtico