El programa 'Lynx ex situ' ha confirmado los datos oficiales que ya se habían avanzado en el pasado mes de junio, y desde entonces sólo se ha producido una baja. A estos 37 cachorros habría que sumarle uno más procedente del campo.
Un 84% ha sido el porcentaje de supervivencia de los cachorros, una vez superado el periodo agónico que sufren todas las camadas de lince ibérico. Una cifra que aumenta respecto al promedio de supervivencia de estos últimos 13 años de programa, una media de 75%.
En cuanto a los emparejamientos de esta temporada, se han realizado intentando buscar un equilibrio entre dos puntos: en primer lugar, obtener el mayor número de cachorros posible y, en segundo lugar, asegurar una buena calidad en la preparación de los que vayan a ser liberados en el medio natural.
Para cuatro de las hembras era su primer año reproductor, aunque una de ellas no llegó a copular, otra no quedó gestante, la tercera tuvo un cachorro que acabó muriendo y la cuarta fue capaz de sacar adelante a cuatro linces. Este "fracaso reproductor" está dentro del rango del programa de hembras primerizas.
Por último, los expertos seguirán avanzando en el estudio de otro tipo de técnicas para ayudar a la conservación del lince ibérico, como la inseminación artificial, que ya se ha practicado con anterioridad, pero que no ha funcionado.