Con el incremento del nivel del mar, las temperaturas y los problemas de acidificación, algunas especies marinas han visto reducida su población hasta un 90% en los últimos años, por este motivo los expertos han hecho un llamamiento durante el IMPAC4 para evitar la sobreexplotación de peces como el atún, el pez espada, la lubina o los tiburones, que son capturados indiscriminadamente para su posterior comercialización.
Los expertos han afirmado que la humanidad ha ignorado los límites respecto al uso de los mares para beneficio propio, lo que ha desencadenado el deterioro de la mayor parte de los ecosistemas. Además, coinciden en que la ambiciosa meta de proteger la totalidad de los océanos, muy superior al 10% de áreas resguardadas que plantearon las Naciones Unidas para el año 2020, o el 30% establecido por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), es la única manera de revertir los daños provocados a los océanos.
El desafío es aprender a gestionar todas estas zonas de áreas marinas protegidas para su conservación, al ser un refugio para la diversidad biológica, que debe ir acompañado de políticas sostenibles y el cuidado del medioambiente por parte de todos.
En total hay 13.600 zonas en todo el mundo que sirven como modelo de estudio para la evolución de los mares bajo los efectos del cambio climático y la acción humana.