La investigación, publicada en la revista Nature Climate Change, se basó en un nuevo método de estudio para calcular la incidencia probable de relámpagos durante las tormentas.
A diferencia de los cálculos tradicionales basados en la altura de las nubes, el nuevo enfoque tuvo en cuenta el movimiento de pequeñas partículas de hielo que se forman y se mueven dentro de las nubes. Las cargas eléctricas se acumulan en estas partículas y se descargan durante las tormentas, dando lugar a relámpagos y truenos.
De acuerdo con las previsiones, que estiman que la temperatura global del planeta subirá un promedio de 5 grados centígrados para el año 2100, la investigación concluyó que habrá una reducción del número de rayos. Como consecuencia, se verá afectada la frecuencia de incendios forestales, especialmente en regiones tropicales.
La menor incidencia de relámpagos podría tener consecuencias también en la forma en que los gases de efecto invernadero en la atmósfera contribuyen al cambio climático. La investigación ha cuantificado en 1.400 millones los relámpagos que se producen cada año en todo el mundo.
Declan Finney, profesor de la Universidad de Leeds, afirmó que el análisis "cuestiona la fiabilidad de las proyecciones previas" sobre relámpagos y "alienta a seguir estudiando los efectos del cambio climático en el hielo y los rayos". "Los resultados proporcionan una nueva percepción de los probables impactos de los rayos sobre la composición atmosférica y el clima en el futuro", opinó Oliver Wild, profesor de la Universidad de Lancaster.