El programa comenzó en 2011 y fue el pionero en implicar a dos países -España y Portugal- y a 22 socios entre instituciones, asociaciones y entidades.
Antes ya se habían desarrollado otros dos programas Life Lince, que habían permitido pasar de los 94 ejemplares en 2002, todos ellos localizados en Andalucía, a más de 300 que se extendían a otras comunidades.
En 2011 eran 310 los ejemplares contabilizados y, siete años después, la cifra se va a duplicar, ya que se prevé que el censo de este año arroje una cifra superior a 600 animales.
A lo largo de este último Iberlince se ha logrado también, concretamente en 2015, que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) lo sacara de la lista de especies en peligro crítico de extinción.
En la actualidad, hay poblaciones de lince ibérico, además de en Andalucía, en Portugal (Vale do Guadiana y Matachel) y en los Montes de Toledo y Sierra Morena Oriental.
Además, las cifras provisionales del censo de este año, al 40 por ciento de su ejecución, confirman la tendencia positiva, con un número mínimo de 72 cachorros nacidos.
Andalucía sigue siendo la zona de mayor concentración del lince ibérico. Según el censo de 2017, en esa comunidad había ese año 448 ejemplares repartidos por una superficie de 1.668 kilómetros cuadrados.
A lo largo de estos años no sólo se ha conseguido duplicar la población de lince y extenderla a distintos territorios de la península más allá de Andalucía, sino que además existe un intercambio fluido de ejemplares entre las distintas poblaciones de las diferentes áreas de reintroducción.
Será precisamente la conectividad entre estas áreas el eje sobre el que se va a plantear el futuro proyecto Life Naturaleza, que tendrá como objetivo principal conectar las diferentes áreas de presencia de lince ibérico.