Los científicos indican que muchas zonas del hemisferio norte han experimentado "calor extremo" este verano, con incendios forestales desde California hasta Grecia. Además, las temperaturas han superado los 26º centígrados incluso en el Círculo Polar Ártico, en el norte de Europa.
Otras zonas con riesgo "extremo" son Norte América, Europa y diferentes partes de Asia, debido a que las emisiones de gases de efecto invernadero creadas por el hombre podrían estar alterando los vientos de mayor altitud que soplan hacia el este en "ondas planetarias".
"El tiempo del verano puede volverse más persistente: con periodos cálidos y secos más prolongados", ha señalado Dim Coumou, el autor principal del estudio. Ambos pueden conducir a calor, sequía, incendios forestales o inundaciones. Estos hallazgos se han publicado en la revista 'Nature Communications'.
Este estancamiento de los patrones climáticos podría amenazar la producción de alimentos. "Las persistentes condiciones de calor y sequía en Europa Occidental, Rusia y diferentes partes de Estados Unidos amenazan los cultivos de cereales", apuntan los expertos.