Las reuniones se celebrarán en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, que durarán dos semanas en esta primera fase. El objetivo es crear un acuerdo para 2020. Por ello, el pasado diciembre la Asamblea General de la ONU aprobó el inicio del proceso de discusiones intergubernamentales.
El foco está puesto en el futuro de las aguas internacionales, que suponen dos tercios de la superficie total de los océanos. El alta mar es comprendida por todas las aguas situadas a más de 200 millas marinas de la costa y es compartida por todos los países. Hasta ahora, han estado gestionadas bajo una serie de acuerdos y organismos internacionales, pero sin una jurisdicción clara, sin coordinación y con unas normas insuficientes para su protección.
Es necesario crear un mecanismo internacional que permita proteger los mares y que abarque a todos los sectores, desde la pesca a la extracción de petróleo y gas, según Liz Karan, directora de la campaña sobre los océanos de la ONU, 'The Pew Charitable Trusts'.
Para las organizaciones ecologistas, las negociaciones a punto de arrancar significan una oportunidad para salvar los mares de la sobrepesca, el cambio climático y otros problemas. "Necesitamos proteger al menos el 30% de nuestros océanos para 2030", insiste Sandra Schoettner, de Greenpeace.
Los ecologistas proponen crear reservas marinas, que serán una de las partes clave de las negociaciones. Actualmente, media docena de países, entre ellos España, se reparten el grueso de la pesca en alta mar, a través de compañías apoyadas en muchos casos por importantes subsidios públicos.
Las capturas en alta mar representan un 10% del total mundial, pero son de gran impacto por los enormes barcos y cantidades de combustible que emplean, según un estudio de la Universidad de la Columbia Británica canadiense.
Está probado que si se cierran las aguas internacionales a la pesca, se podrían reponer muchas especies. Así, aumentarían en un 18% las capturas costeras.
En el informe destaca la necesidad de garantizar una pesca sostenible, de tal forma que las capturas ilegales, no reguladas o excesivas terminen. Además, proteger los océanos es clave frente al cambio climático porque las aguas absorben calor y gases de efecto invernadero, gracias sobre todo a la labor de muchas especies de plancton.
El océano se queda con un cuarto de las emisiones de dióxido de carbono y el 90% del calor derivado de ellas, según Ocean Unite, una organización que promueve la protección de los mares.