Un estudio, en el que han participado una veintena de investigadores de todo el mundo, entre ellos, el ecólogo español Josep Peñuelas, profesor del CSIC en el CREAF, alerta de que el ozono disminuye el valor nutricional de las hojas y altera los mensajes químicos entre los seres vivos.
El aumento de este gas puede provocar un efecto en cascada que acabará modificando las poblaciones de insectos y microorganismos del suelo.
El ozono es muy oxidante y en altas concentraciones afecta la salud de los seres vivos. Este gas está aumentando en la atmósfera y puede alterar la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas terrestres y la biodiversidad de plnatas, insectos y microorganismos.
Los investigadores han revisado los artículos más relevantes sobre el ozono y los han complementado con experimentos reales, sometiendo a organismos vivos a diferentes concentraciones del gas.
Los resultados demuestran que cada planta tiene una tolerancia diferente al ozono y que cuando una zona se expone a altas concentraciones del gas, la composición de la planta cambia. Algunas sufren cambios en la química de sus hojas, en su crecimiento y vigorosidad y en su valor nutricional.
Estos cambios provocan consecuencias en cascada para los insectos y la vida terrestre, que dependen de las plantas para comunicarse, alimentarse y reproducirse.
La composición por ozono no solo cambia la composición de las plantes, también modifica las comunidades de insectos porque modifica la abundancia de determinadas especies y pone en riesgo su diversidad.
Una alta concentración de ozono también empobrece las comunidades de microorganismos que viven bajo tierra, lo que perjudica a la retroalimentación entre el suelo y las plantas y los ciclos del carbono y el nitrógeno.