El objetivo de estas conferencias que durarán hasta el próximo 12 de diciembre, es alcanzar un nuevo pacto contra el calentamiento global que sustituiría al protocolo de Kioto en el que solo están implicadas una treintena de naciones industrializadas. Se pretende involucrar en este nuevo pacto a países como Estados Unidos, China y las naciones emergentes.

Se deben concretar los esfuerzos de las naciones para reducir las emisiones de CO2 para conseguir que la temperatura del planeta no aumente dos grados con respecto a la temperatura de la época preindustrial. Si se superasen los dos grados los efectos del calentamiento global se agravarían provocando olas de calor, deshielo en los glaciares, subidas del nivel del mar y por consiguiente, inundaciones en las zonas costeras.

Se prevé que cada país esboce sus promesas sobre las reducciones de gas en función de sus capacidades e intereses. La directora de la oficina española de Cambio Climático, Susana Magro ha afirmado que "debe ser un tratado flexible para que todos los países se sientan cómodos". 

La meta de Estados Unidos es reducir sus emanaciones de gas entre un 26% y un 28% en relación al 2005, para el año 2025. China ha prometido que las emisiones descenderán a partir del año 2030, momento en el que asegura que alcanzarán su pico.

España por su parte ha elaborado una hoja de ruta para conseguir cumplir con el compromiso de Kioto para el 2020 en el que deberá reducir un 10% las emisiones. El gobierno español no logró cumplir con las promesas de la primera fase (hasta el año 2012) de este protocolo, pues registró un aumento de emisiones de más del 15% respecto a 1990.