La ONU ha alertado en la 13ª reunión de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD) llevada a cabo en la ciudad de Ordos, (de Mongolia Interior, norte de China) sobre la situación del planeta.
La sequía y la degradación de la tierra son factores muy ligados a la seguridad alimentaria, el empleo y la migración, de ahí que la ONU pida mejoras en la gestión de la tierra para lograr los objetivos fijados en la Agenda 2030 de desarrollo sostenible.
Los datos no son buenos, actualmente, más de 250 millones de personas de la Tierra viven afectadas por la desertificación y casi 1.000 millones están en peligro en más de 100 países. “Incluye a muchas de las personas más pobres y marginadas del mundo. La neutralización de la degradación de la tierra puede proporcionar una vida saludable y productiva para todos en el planeta” ha declarado el director ejecutivo del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), Achim Steiner.
Ahora mismo, más de un tercio de la tierra está dañado ya que el uso de las reservas naturales de la tierra se ha duplicado en los últimos 30 años, según la UNCCD.
“Los pequeños agricultores, las mujeres y las comunidades indígenas son los más vulnerables dada su dependencia a los recursos terrestres, agravada por su exclusión de una infraestructura más amplia y el desarrollo económico”.
En la actualidad, 1.300 millones de personas dependen de tierras para sobrevivir, si se quedan sin sus tierras, la rivalidad por alimentos, agua y energía aumentará, según previsiones de la ONU.