Las temperaturas de la superficie de los océanos Pacífico y Atlántico pueden ayudar a predecir, con una antelación de tres a cinco meses, la intensidad de la temporada de incendios en Sudamérica, según un estudio publicado hoy en la revista 'Science'. Investigadores del Instituto UC Irvine de la Universidad de California y del Centro Goddard de la NASA aseguran que este tiempo extra podría ser útil para movilizar con antelación equipos de control de incendios y planear medidas como la quema controlada para evitar la deforestación.

Los investigadores señalan que los incendios forestales, antes poco frecuentes en los bosques tropicales, se han convertido en una importante amenaza para los seres humanos y la biodiversidad debido a un "arco de deforestación" en Brasil, Bolivia y Perú, por lo que consideran que "este trabajo tiene implicaciones muy claras para la conservación de los bosques tropicales".

Según James Randerson, profesor de ciencias terrestres del UCI y coautor del estudio, "se cree que durante el siglo XXI, la sequía se puede intensificar y los bosques volverse aún más vulnerables", por eso "entender de antemano si se va a tener un año excepcionalmente malo (de incendios) va a ser muy importante para combatirlos".

Con datos de los satélites de la NASA, los investigadores diseñaron un modelo matemático basado en las variaciones de la temperatura del agua y la duración y la intensidad de los incendios forestales en los últimos diez años en la zona centro de América del Sur. Las temperaturas del mar permiten predecir potentes huracanes en el Atlántico, por ello los científicos analizaron también los cambios atmosféricos que se produjeron en las temporadas de sequía.

El modelo fue capaz de predecir la gravedad de la temporada de incendios regional, anual, entre tres y cinco meses por adelantado, sugiriendo que este método puede ser útil como un sistema de alerta temprana para intensas temporadas de incendios. Los científicos están recopilando datos para la temporada de incendios 2012 y prevén publicar sus hallazgos en unos meses para que los funcionarios de los países afectados puedan utilizarlos el año próximo.

El siguiente paso va a ser investigar si el método de predicción puede ser útil para los bosques de Siberia, Indonesia y África Occidental.