Hace 12.000 años, el océano Antártico emitió gran cantidad de CO2 a la atmósfera, según revela un estudio realizado por Australian Antarctic Division de la Universidad de Tasmania (Australia) y, en el que ha participado el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona.
La investigación se ha podido llevar a cabo gracias a las burbujas de aire que se encuentran atrapadas desde hace miles de años en el hielo, con las que se ha podido conocer que, en las épocas más gélidas, la concentración de CO2 en la atmósfera era más baja (unas 180 ppm por millón) que en los momentos cálidos, cuando esta concentración se duplica.
Junto con las burbujas de aire, se han analizado también los compuestos de sedimentos orgánicos para estimar la temperatura marítima y la cantidad de CO2 que ha albergado el océano desde hace 25.000 años hasta la actualidad.
Los investigadores han podido demostrar que el océano austral sirvió como esponja de CO2 desde hace 25.000 años hasta la desglaciación (hace 12.000), cuando el planeta se encontraba en una época caliente y, se convirtió en una fuente de CO2 durante los siguientes 6.000 años. Actualmente, tiene un papel de captador de CO2 y regula las elevadas concentraciones de este gas (más de 410 ppm) causadas principalmente por la quema de combustible fósil.
A pesar de que estas oscilaciones ocurren desde hace 800.000 años, los científicos continúan con las investigaciones de sus causas ante la posibilidad de que el océano Antártico emita todo el CO2 que tiene por la elevación de las temperaturas en el futuro.