El aumento progresivo de las temperaturas provoca un desgaste continuado en la superficie permanente de la Antártida, así como en la capa de hielo de Groenlandia. De esta forma, durante los últimos años, las emisiones de gases invernaderos a la atmósfera han supuesto un notable aumento en el nivel del mar.
Como indica un nuevo estudio que ha utilizado mediciones del satélite ICESat-2 de la NASA, lanzado en 2018, en comparación con los resultados de otros satélites con datos que hacen referencia al periodo comprendido entre 2003 y 2009, durante los últimos 17 años habría aumentado 14 milímetros el nivel del mar.
Además, el estudio destaca que cada año la Antártida pierde 118 gigatoneladas de hielo, mientras que en Groenlandia se derriten 200 gigatoneladas. En este caso, cada gigatonelada bastaría para llenar al menos 400.000 piscinas de tamaño olímpico. Y si bien parte de este deshielo se debe a un cambio periódico en las temperaturas, este factor sería cada vez más preocupante. Debido a que cada año el deshielo se produce en un océano más caliente.
por otro lado, los investigadores destacan que, a pesar del aumento de la capa de hielo antártica en zonas del interior del continente, a causa de las nevadas, los márgenes exteriores, en especial de la Antártida Occidental y la Península Antártica, presentan pérdidas de hielo cada vez más pronunciadas.