La pérdida de hielo marino en el Ártico es constante desde hace décadas y las investigaciones científicas apuntan a que el manto helado está cambiando su composición.

Las imágenes del satélite Sentinel-2 de Copérnicus mostraron los meses de junio y julio un fragmento de la mayor plataforma de hielo del ártico, llamado Spalte, se disgregó formando icebergs a lo largo de 125 kilómetros cuadrados.

Ante esta situación, varias organizaciones han pedido a los gobernantes que adopten medidas para reducir las emisiones a la atmósfera y el calentamiento global, que está provocando consecuencias como el deshielo del Ártico.

Y es que la pérdida de hielo marino tiene consecuencias en todo el planeta, según Greenpeace que señala que se debería obligar de forma imperativa a todos los países a luchar contra los efectos del cambio climático.

Por otra parte, la organización Clean Artic Alliance ha hecho un llamamiento a los líderes mundiales para que actúen de "forma urgente" ante el calentamiento del Ártico.

En concreto, Clean Artic, compuesta por una veintena de ONGs internacionales, ha puesto en marcha una campaña para la prohibición del uso del transporte de combustibles pesados en el Ártico.