La huella del cambio climático es imparable. Entre 20 y 30 centímetros diarios han perdido más de 30 glaciares en la Antártida. Esto equivale a una aceleración media del 13% en la totalidad de su área, según un estudio publicado en la revista Geophysical Research Letters, y del que informa la Agencia Espacial Europea (ESA).
Para llegar a estas conclusiones, los científicos utilizaron más de 24 años de datos de satélites radar procedentes de las misiones ERS, el satélite Envisat o de la misión Sentinel-1 de Copernicus.
Los radares resultan especialmente eficaces para vigilar las regiones polares, con tendencia a sufrir inclemencias y largos periodos de oscuridad, ya que pueden recopilar información independientemente de la nubosidad, de día y de noche, según la ESA.
El equipo de expertos combinó las observaciones por satélite con un modelo matemático del flujo de hielo para completar los espacios en los que no disponían de datos suficientes.
Así, de esta forma pudieron calcular que el aumento de velocidad en el desplazamiento de los glaciares ha provocado el vertido al océano circundante de 15 kilómetros cúbicos de hielo al año.
"Esta nueva investigación, la primera en dar cuenta del cambio real en la velocidad del hielo, se aleja de la anterior interpretación, ya que la velocidad de los glaciares es, de hecho, demasiado baja", afirma Anna Hogg, autora principal del estudio e investigadora en el Centro para la Observación y el Modelado Polares del Reino Unido.
La mayor aceleración en el flujo se observó en glaciares anclados a profundidades de más de 300 metros bajo la superficie oceánica.
Dado que gran parte de la masa helada de la Tierra de Palmer Occidental se encuentra por debajo del nivel del mar, "es importante vigilar cómo áreas remotas como esta responden al mayor calentamiento de la región provocado por el cambio climático", han explicado los expertos.