La conservación de los grandes carnívoros es compleja. Por una parte tienen bajas tasas de reproducción y requieren de grandes extensiones para vivir y por otra la probabilidad de entrar en conflicto con los humanos es potencialmente elevada. Aún así los grandes carnívoros juegan un rol importante en el equilibrio de los ecosistemas y es vital trabajar en su conservación.
Los carnívoros protegidos por la legislación internacional tienen 6,8 veces más probabilidades de mostrar un menor riesgo de extinción, mientras que los que cuentan con planes de caza controlada presentaban solo 3 veces más probabilidades de estar en menor riesgo de extinción, según el presente estudio.
De las 362 especies de carnívoros evaluadas en este nuevo estudio, sólo 12 especies (en gran parte mamíferos marinos) han mostrado una auténtica mejora del riesgo de extinción.
Adrian Stier, Kurt Ingeman y sus colegas de la Universidad de California (Estados Unidos) identificaron 362 especies de carnívoros de seis grandes grupos taxonómicos diferentes, recopilaron datos sobre la evolución de sus poblaciones y su estado de riesgo de extinción utilizando las bases de datos existentes de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en 2019,
Tras el análisis informan que 137 (el 38%) de las especies de grandes carnívoros se consideraron amenazadas (clasificadas como vulnerables, en peligro o en peligro crítico). Los mamíferos marinos tenían la menor proporción de especies amenazadas (26,5%). El 60,9% de los tiburones y las rayas incluidos en la lista de especies a estudio estaban amenazados, en cambio los mamíferos marinos tenían la menor proporción de especies amenazadas (26,5%).
Los autores también evaluaron la recuperación de las poblaciones de grandes carnívoros, basándose en si la UICN indicaba una tendencia al aumento de la población desde que se evaluaron por primera vez y sí su estado en la UICN había mejorado. 39 especies (10,7%) mostraron recuperación en uno o ambos factores.
La mayor parte de las especies que mostraron recuperación se dieron entre los mamíferos marinos, como las ballenas jorobadas y los leones marinos de Steller. Entre los mamíferos terrestres, sólo el lince ibérico ('Lynx pardinus') cumplió alguno de los dos criterios de recuperación.
Los autores estudiaron las acciones de conservación desarrolladas en relación a las muestras de recuperación de estas especies. La legislación nacional e internacional (protegiendo sus hábitats y restringiendo la caza) y la creación de lugares de conservación se asociaron con la reducción del riesgo de extinción de las especies de carnívoros.
Los autores sugieren implementar esas vías para frenar y revertir el declive de las poblaciones de grandes carnívoros.