La mayoría de los restos encontrados "vivió en el océano", detalló uno de los expedicionarios, Steve Salisbury, de la universidad australiana de Queensland.
Los organizadores del viaje, en el que participaron 12 científicos de Australia, Estados Unidos y Sudáfrica, eligieron una de las contadas partes de la Antártida donde el suelo rocoso queda expuesto en la superficie durante el verano austral.
Entre los meses de febrero y marzo pasados, se pasaron cinco semanas en la pequeña isla Vega, que tiene acantilados de piedra descubierta de hasta 500 metros de altura.
La misión recobró restos de mussaurus, una especie de dinosaurio prosaurópodo que vivió en la actual Sudamérica hace aproximadamente 215 millones de años, a finales del período Triásico.
Además, encontraron piezas de plesiosaurios, una orden de saurópsidos sauropterigios que habitaron en todos los mares hasta el final del Cretácico, y fósiles de pájaros que vivieron en este periodo, entre otros.
Salisbury detalló que el hallazgo se encuentra en Chile y de allí viajará al Museo de Historia Natural de Carnegie, en Estados Unidos, para un estudio en profundidad. "Puede que necesitemos uno o dos años antes de presentar resultados", indicó Salisbury.
Los primeros restos de dinosaurios en la Antártida se encontraron en 1986, se encontraban en la isla James Ross y correspondían a al Cretácico tardío.