La CE apuesta por endurecer la actual normativa sobre la calidad de las aguas al aumentar de 33 a 48 la lista de sustancias vigiladas por sus efectos en ríos, lagos y aguas costeras, con la inclusión de productos químicos industriales, farmacéuticos, fitosanitarios y en biocidas.

"Estos quince productos químicos suplementarios deben vigilarse y controlarse para garantizar que no plantean un riesgo ni para el medio ambiente ni para la salud humana", señaló el comisario europeo de Medio Ambiente, Janez Potocnik, en un comunicado.
El Ejecutivo europeo señala que estas sustancias se han seleccionado para ser incluidas en la lista según pruebas científicas que demuestran que pueden suponer un "riesgo importante".

Estas sustancias pueden resultar dañinas tanto para los organismos y animales acuáticos, como para la salud de las personas, ya que algunas son cancerígenas o pueden provocar efectos negativos sobre el sistema nervioso o el inmunológico.

La lista incluiría seis sustancias fitosanitarias (aclonifén, bifenox, cipermetrina, dicofol, heptacloro y quinoxifeno), tres utilizadas en biocidas (cibutrina, diclorvós y terbutrina) y dos sustancias químicas industriales (ácido perfluorooctanosulfónico -PFOS- y hexabromociclododecano -HBCDD-). Además, se añadirían dos productos derivados de la combustión (dioxina y policlorobifenilos -PCB- similares a las dioxinas) y tres sustancias farmacéuticas (17 alfa-etinilestradiol -EE2-, 17 beta-estradiol -E2- y diclofenaco).

Es la primera vez que se propone la inclusión de sustancias farmacéuticas en la lista, ante lo que la CE señala que "no cuestiona el valor médico de esas sustancias, sino que aborda los posibles efectos perjudiciales de su presencia en el medio acuático".

Las organizaciones ecologistas consideraron que la ampliación de las sustancias controladas es poco ambiciosa. "De una lista de 2.000 sustancias inicialmente consideradas como potencialmente peligrosas, es preocupante que la Comisión haya decidido seleccionar sólo quince de éstas", señaló Sarolta Tripolszky, activista de la Oficina Medioambiental Europea (EEB, según sus siglas en inglés).

La revisión de esta lista forma parte de una Directiva por la que se modifican la normativas vigentes del agua (DMA) y la relativa a las normas de calidad ambiental (DNCA), y ahora deberán pasar por el Parlamento Europeo y el Consejo para recibir su visto bueno.

Los Estados miembros deben cumplir las normas de calidad ambiental en relación con las nuevas sustancias prioritarias para 2021, que es el plazo del segundo Plan hidrológico de cuenca, aunque existen algunas excepciones para las que se prevé un periodo de adaptación más largo.