El gobierno de Estados Unidos ha publicado un estudio que demuestra que para el verano de 2030 se producirán en EE.UU. 11.000 muertes más a causa del "calor extremo" y que en 2100 esa cifra subirá a 27.000 en caso de que no se realice un esfuerzo global para detener el cambio climático.
Las enfermedades transmitidas por los insectos y la reducción del valor nutricional de la comida son para la Casa Blanca claros ejemplos del peligro que supone la modificación del clima para los seres humanos
"La necesidad de pasar a la acción contra el cambio climático es muy explícita cuando se mira la salud pública. No se trata sólo de los glaciares y los osos polares. Es sobre la salud de nuestros hijos", ha explicado Gina McCarthy, administradora de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA).
Los investigadores que participaron en el proyecto aseguran que los efectos del cambio climático sobre la salud de las personas irán más allá de lo que se percibe. De hecho, las inundaciones, no sólo causarán daños por sí mismas, si no que también contribuirán a la expansión de enfermedades vinculadas al agua.
Las altas temperaturas y la contaminación atmosférica afectarán la salud de las personas con asma y recudirán el valor nutricional de las cosechas. Las personas con menos recursos económicos y los ancianos serán los más vulnerables a estos efectos, aunque estos se sentirán en todas las capas de la población.