La ciudad española que más contamina lumínicamente es Valencia porque durante muchos años "sus autoridades incluso sacaban pecho de que se veía desde todos lados; y efectivamente, poco después de salir de Madrid, ya ve el halo de luz de esta ciudad", explica Fernando Jauregui, astrofísico del Planetario de Pamplona y miembro de la Red Española de Estudios sobre la Contaminación Lumínica.
Hoy en día, las nuevas lámparas LED de colores cálidos y anaranjados son la mejor opción para reducir la contaminación lumínica en España.
Podemos determinar si una luminaria es más o menos contaminante por su temperatura y color. Así, los tonos azul o blanco son los que más contaminan, según los expertos en el sector.
La tecnología LED ha revolucionado el ámbito de la iluminación aunque han presentado sus contradicciones. "Nos han permitido ahorrar en cuanto a consumo energético", pero la luz blanca que las caracteriza es la más contaminante, pues contiene una gran cantidad de ondas azules que se expanden más fácilmente por la atmósfera, según Susana Malón, física y astrónoma.
El exceso de iluminación en horas nocturnas afecta a nuestro "reloj biológico", es decir, al ritmo circadiano del ser humano. Esto produce desajustes en la segregación de la melatonina, la hormona del sueño, que solo se produce en condiciones de oscuridad absoluta. Puede acarrear problemas de estrés, insomnio, diabetes e incluso obesidad.
En el medioambiente, "alrededor del 65% de las especies animales tienen hábitats nocturnos, por lo que, con la luz artificial, estamos alterando su forma de reproducción, alimentación, orientación, etc," explica la experta. Los insectos, en especial los mosquitos, que conforman la base de la pirámide trófica, son los que más están sufriendo esta contaminación.
Por ello, es fundamental la "concienciación ciudadana" porque "solo si los ciudadanos exigen a sus gestores políticos que reduzcan los actuales niveles de iluminación de las calles, será posible reducir la contaminación lumínica", apunta el catedrático en Luminotecnia de la Universidad Rovira i Virgili, Josep María Ollé.
Asimismo, ha hecho hincapié en la "importancia de educar a los futuros ciudadanos con derecho a voto", así como en a la concienciación global, ya que "la dispersión de la luz no entiende de límites froterizos".