España se convirtió hoy en el segundo país del mundo con más reservas de la biosfera, tras la inclusión de tres nuevas zonas, decididas en el seno de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Se trata de La Granja y El Espinar, en la Sierra de Guadarrama, (Segovia), las Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo, en Galicia, y las Tierras del Ebro, en Cataluña, que ya integran la lista mundial por decisión del Consejo Internacional de Coordinación del Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MAB).
Con estas tres nuevas zonas España adelanta a Rusia en la clasificación mundial, al tener un total de 45 zonas declaradas como reserva de la biosfera, sólo por detrás de Estados Unidos, que mantiene dos más. La Unesco también aprobó hoy la extensión de la superficie de la reserva de la biosfera de Ordesa-Viñamala, en los Pirineos Centrales (Aragón), que está inscrita en la lista mundial desde 1977 y que amplía su espacio hacia el valle y las zonas urbanas que circundan el área protegida.
La de La Granja y El Espinar, que sus promotores ya comenzaron a denominar antes de esta declaración de hoy en París como Reserva de la Biosfera Sierra de Guadarrama, cubre 35.414 hectáreas, aloja a una población de cerca de 14.000 personas y se encuentra en la provincia de Segovia, a 50 kilómetros al norte de Madrid.
A ella pertenece la montaña de Valsaín, que es una de las grandes zonas arboladas del país, y que "reviste considerable valor a la vez ecológico, económico, estético y social", declaró la Unesco. La organización con sede en París destacó que la industria vidriera, el turismo y la agricultura a pequeña escala son actividades económicas que alberga el sitio y que en la reserva están instalados varios centros de investigación, que se dedican principalmente a la investigación forestal.
En cuanto a la reserva gallega, la nueva reserva de la biosfera cubre alrededor de 116.000 hectáreas, alberga una población de cerca de 190.000 habitantes y engloba las cuencas de dos grandes ríos, el Mero y el Mandeo, con ecosistemas costeros y de montaña que dan cobijo a una gran diversidad biológica.
En ella se concentra asimismo una gran diversidad cultural ligada al uso de recursos naturales, lo que ha hecho posible, según la Unesco, "el mantenimiento de comunidades y la conservación de razas autóctonas de ganado".
Sobre las Tierras del Ebro, la organización destacó que esta reserva situada en Cataluña, de 367.729 hectáreas de superficie, cuenta con una población de 190.000 habitantes y abarca el delta y la cuenca del Ebro, el río más caudaloso de España.
La zona cuenta con "numerosos ecosistemas tanto interiores como costeros", destacó la organización. "La mayor parte del sitio está dedicada a la ganadería. También se han desarrollado en él las energías alternativas (eólica, solar o hidráulica), prestando atención al respeto del medio ambiente y el paisaje", comentó la Unesco sobre las Tierras del Ebro.
La directora general adjunta del Organismo Autónoma de Parques Nacionales, Montserrat Fernández Sanmiguel, que acudió al acto en París donde se aprobaron las nuevas reservas, manifestó su satisfacción y destacó la "emoción" con la que se siguió el acto y que "se incorporan 65 nuevos municipios" con esta declaración.
Las reservas españolas de la biosfera incluyen lugares tan destacados como Ordesa-Viñamala, las islas de Lanzarote, Menorca y El Hierro, las sierras de Cazorla y Segura, el parque de Monfragüe, los Picos de Europa, Sierra Nevada y la Cuenca Alta del Manzanares, sin olvidar a Doñana y Urdaibai.
Las reservas de la biosfera son lugares en los que, en concertación con las poblaciones locales, se experimentan prácticas innovadoras para conciliar la actividad humana y la conservación del medio ambiente, según la Unesco. Las actividades desarrolladas en esas áreas se concentran en ecosistemas particulares: montañas, bosque tropical, sistemas urbanos, tierras húmedas, islas o zonas costeras y marinas.
Lanzado a principios de los años 70, el programa sobre el Hombre y la Biosfera favorece la investigación interdisciplinaria, alienta el refuerzo de capacidades y tiene como principales objetivos reducir la pérdida de la biodiversidad y tratar sus aspectos ecológicos, sociales y económicos, según la Unesco.