Esta investigación de la Universidad de Exeter forma parte de la expedición polar “Arctic Mission” llevada a cabo por Pen Hadow, la única persona que ha caminado sola desde Canadá hasta el Polo Norte sin reabastecimiento.
La expedición, realizada a bordo de dos veleros, ha ido más allá que cualquier barco en el Océano Ártico Central debido al mayor deshielo sufrido en verano, debido al cambio climático. Ahora, el 40% del Océano Ártico es navegable en los meses estivales.
Los dos veleros accedieron por estrechos canales formados entre icebergs, donde descubrieron bloques de poliestireno en zonas que están situadas a cientos de kilómetros de tierra, en medio de aguas internacionales y a menos de 1.500 km del Polo Norte. Hasta hace poco tiempo, estas zonas estaban cubiertas de hielo todo el año.
El problema está en que estas grandes piezas de plástico se pueden descomponer en microplásticos, que pueden ser ingeridos inconscientemente por los animales, lo que amenaza la vida silvestre.
Tim Gordon ha alertado que, descubrir pedazos de basura es preocupante ya que supone que el deshielo está derivando la contaminación hacia estas zonas lo que es peligroso para la vida silvestre del Ártico.
Actualmente, los expertos estiman que hay más de 5.000 millones de piezas de plástico flotando en el océano, lo suficiente como para crear una capa permanente en el registro fósil. Cada año, se producen cerca de 300 millones de toneladas de plástico al año, lo que es igual al mismo peso que todos los seres humanos del planeta.