A partir del miércoles de la próxima semana, cuando empiece el tramo político de la cumbre, está previsto que decenas de ministros y líderes como el presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, se sumen a la Cumbre del Clima de Bonn presidida por Fiyi, una isla-nación en el Pacífico Sur amenazada por la subida del nivel del mar que, por motivos logísticos, ha colaborado con Alemania para la organización del encuentro.
Durante la inauguración de este lunes, Patricia Espinosa, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático (CMNUCC), aseguró que “Ya no tenemos el lujo de tiempo. Debemos actuar ahora". A su juicio, es esencial que en este encuentro se fijen “los compromisos financieros y de mitigación” de los efectos del calentamiento global, y que se dote de un “manual de instrucciones” al Acuerdo de París.
El primer ministro de Fiyi y presidente de la COP23, Frank Bainimarama, abogó por "hacer todo lo posible por avanzar" París y "elevar la ambición" con el objetivo de poner freno al calentamiento global.
La ministra alemana de Medio Ambiente y anfitriona de la cumbre, Barbara Hendricks, subrayó que “la única forma de poner a tu país primero es unirse en los esfuerzos con las demás naciones” en referencia al “América primero” del presidente de EEUU, Donald Trump.
El Gobierno alemán ha aprovechado el inició de la COP23 para anunciar que destinará 100 millones de euros más de los hasta ahora comprometidos para ayudar a los países en vías de desarrollo a copar con las derivadas del cambio climático.
La apertura de la COP23 ha estado acompañada por varias manifestaciones y protestas en la antigua capital federal alemana, Bonn, y sus alrededores, algunas con miles de participantes, entre las que ha destacado el bloqueo de una mina a cielo abierto que quería exigir el fin del empleo del carbón.