El estudio de investigación realizado por la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), y liderado por el investigador José A. Godoy, ha sido publicado en la revista ‘Animal Conservation’, advierte que se necesitan al menos 1.100 hembras reproductivas, el triple de las registradas en el censo de 2022, para asegurar una viabilidad poblacional y genética sólida.

Actualmente, se estima que existen unos 1.668 linces ibéricos en libertad, una cifra alentadora si se compara con los menos de 100 que quedaban en 2002. Sin embargo, la cifra de hembras reproductoras apenas llega a 326, lo que supone un gran desafío para la conservación de la especie.

El estudio destaca que la recuperación del lince no depende solo de números absolutos, sino de asegurar una variabilidad genética suficiente. En el pasado, la especie estuvo confinada a dos pequeñas subpoblaciones en Doñana y Andújar. Hoy existen cinco, y se trabaja en nuevas reintroducciones en lugares como Sierra Arana (Granada) y Lorca (Murcia), en el marco del proyecto europeo Life Lynxconnect. No obstante, el ritmo de expansión y conectividad entre grupos sigue siendo insuficiente.

Además de factores como los atropellos, el declive del conejo (su presa principal), la fragmentación del hábitat o el cambio climático, el factor genético se convierte en una nueva amenaza para su recuperación. El estudio señala que, para asegurar la viabilidad genética, sería necesario incrementar entre un 50 % y un 200 % el tamaño de las subpoblaciones existentes y crear ocho nuevas subpoblaciones, algo difícil debido al alto coste y la falta de hábitats adecuados.

Asimismo, la conectividad entre poblaciones se perfila como otro elemento clave. Se estima que sería necesario el intercambio de entre 8 y 15 linces por generación entre poblaciones vecinas para mantener un flujo genético saludable. A pesar de que los linces reintroducidos han demostrado capacidad de desplazamiento (algunos recorren cientos de kilómetros), la creación de corredores ecológicos y subpoblaciones intermedias será esencial para guiar la dispersión natural de los individuos.

El estudio del CSIC, advierte que la aparente recuperación del lince ibérico podría no ser suficiente sin acciones más ambiciosas y sostenidas. La expansión de subpoblaciones, la selección estratégica de nuevos hábitats y la mejora en la conectividad serán imprescindibles para evitar que esta emblemática especie vuelva a estar al borde de la extinción.