La revista Environmental Research Letters ha publicado un estudio, realizado por científicos internacionales, en el que se ha demostrado la rapidez con la que crecen las concentraciones de metano, un poderoso gas de efecto invernadero que se acumula en la atmosfera.
Solo en el periodo comprendido entre 2014 y 2015, las concentraciones de este gas aumentaron en 10 o más partes por mil millones, al año. Esto se contrapone con la estabilización en las últimas décadas del dióxido de carbono (CO2).
Aunque hay más cantidad de concentración de CO2 en la atmosfera, el metano es un gas invernadero más potente puesto que atrapa el calor 28 veces más.
Los científicos han visto un fuerte contraste respecto al comienzo de los años 2000, cuando el metano solo aumentó en apenas 0,5 partes por mil millones. Aun desconocen las causas de este aumento desmedido, pero podría ser consecuencia de las fuentes agrícolas, sobre todo en los trópicos, procedentes de las vacas y los arrozales.
El metano es un gas difícil de rastrear y provienen de muchas fuentes diferentes, incluso naturales, pero los científicos afirman que el 60% de estas emisiones son resultado de la actividad humana.
Este problema ha aumentado a partir de 2007 y puede ser una amenaza para los esfuerzos internacionales para limitar el calentamiento global a 2ºC.
Estos científicos también realizaron el Balance Global del Metano 2016 en el que realizaron una visión integral de la evolución de este gas en la atmosfera entre 2000 y 2012.