El cambio climático está afectando de forma más crítica a los abejorros, unos insectos que juegan un papel fundamental en la agricultura. Estos polinizadores han desaparecido de las zonas meridionales más cálidas, sin ser capaces de desplazarse a zonas más frías, como se han visto obligados a hacer otras especies de animales, según publica Jeremy Kerr, autor del estudio publicado en la revista científica Science.
“Está pasando ahora mismo, pero en realidad el declive empezó hace décadas”, afirmaba el investigador. En el estudio, Kerr y sus compañeros crearon una base de datos con observaciones geolocalizadas de 67 especies distintas de abejorro en Europa y América del Norte entre 2001 y 2010 y compararon los desplazamientos hacia el norte de las abejas con la actividad de los abejorros entre 1901 y 1974, época en la que el clima era más frío. El resultado del estudio fue concluyente: "no logramos ver tendencias generales que muestren que los abejorros están superando el rápido calentamiento".
El principal problema se encuentra en la poca tolerancia que presentan los abejorros al calor. “Hemos encontrado una señal de que esto está pasando de verdad en un sentido evolutivo: un pariente cercano de las especies de abejorro comparte tolerancias similares a las temperaturas”, explicaba Kerr.
Algunas especies podrían estar actualmente ya extintas, después de no haber sido vistas de hace un tiempo. “En el caso de muchas especies, estas se enfrentarán a un riesgo real de extinción global en las próximas décadas si se mantienen las tendencias actuales”, apostillaba el autor del estudio.
Los expertos proponen como solución a este problema crear colonias en áreas más al norte o, como lo denomina Kerr, realizar una "migración asisitida".
EN PELIGRO DE EXTINCIÓN
EN PELIGRO DE EXTINCIÓN
Los abejorros no resisten al cambio climático
Las especies de abejorros no están logrando adaptarse al calentamiento global, lo que está provocando que ciertas especies reduzcan su área de polinización o, en casos más extremos, desaparezcan de la zona, según Jeremy Kerr, investigador y autor de un estudio publicado en la revista 'Science'.
Hazte Eco
| Madrid | 10/07/2015