21 niños han muerto asesinados por sus padres en los últimos cinco años, periodo en el que se registran sus muertes en las estadísticas de violencia de género: 6, en 2017; 1, en 2016, 4, en 2015; 4, en 2014, y 6, en 2013.
"Un maltratador nunca puede ser un buen padre", argumenta Marisa Soleto, de la Fundación Mujeres, quien reclama a los jueces aplicar la ley y hacerlo acordado de forma mayoritaria la limitación de las visitas o de la custodia a un padre que maltrata a su pareja.
Soleto, responsable de la Secretaría Técnica del Fondo de Becas Fiscal Soledad Cazorla para niños huérfanos de violencia de género, defiende que debe prevalecer el derecho de los hijos a vivir en un entorno no violento.
"Las organizaciones seguimos insistiendo en que un maltratador nunca es un buen padre, no se puede preservar la relación paternofilial en un contexto de violencia de género", insiste la directora de la Fundación Mujeres, quien recuerda que la ley se cambió en 2015 para reforzar la protección de los niños, estableciendo que los jueces que conocen los casos de maltrato deben resolver sobre la custodia y las visitas de los menores.
A pesar de que se "hayan tardado varios años en reconocer a los menores como víctimas de violencia de género", asegura, "aunque se haya hecho, se siguen encontrando en los tribunales más dudas que respuestas a la hora de aplicar las medidas de protección a los menores", que dictan sólo para sus madres, pero no para los niños, aunque la ley prevea esta posibilidad.
También la jurista Yolanda Besteiro coincide en que los jueces dictan pocas resoluciones limitando esas visitas y pocas órdenes de alejamiento y protección para los niños respecto al padre. "Nos sorprende que ante estas situaciones se mantengan la custodia, el régimen de visitas amplias y el contacto con los padres, desconociendo que el maltratador entiende que prolongar el maltrato es seguir haciendo daño a las madres", añade.
"La expresión: te voy a dar donde más te duele, refleja este contexto", explica la presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, quien cree que debería reforzase la formación de los jueces y del resto de los operadores jurídicos para que sepan valorar ese riesgo ante "las características especiales del fenómeno del maltrato". Los maltratadores -insiste- "saben que las madres nunca se van a recuperar del asesinato de un hijo, es el instrumento mayor para hacerles daño".
¿Cómo se sienten los niños? "Ellos perciben que viven en situaciones de riesgo real para su integridad o para la de alguien, porque están presentes en las agresiones hacia las madres; nos han descrito violencia física y verbal en su día a día y cómo se les utiliza para hacer daño a la madre, pero también en muchas ocasiones están forzados a mantener un pacto de silencio", explica la directora del Teléfono Anar, Diana Díaz.
"Se sienten indefensos paralizados y viven entre el dilema del entorno de lealtades a sus padres; no saben bien cómo posicionarse y pedir ayuda para que no se perjudique a sus madres", añade la responsable de este servicio de ayuda, que atendió 2.700 llamadas en 2015 en relación con la violencia de género.
La psicóloga señala que los menores son informados de los recursos con los que pueden contar ante estas situaciones y en algunas ocasiones, que los niños son muy pequeños, se acompaña al menor en el proceso o se deriva hacia profesionales que pueden ayudarle.