La jornada, organizada por 'Quiero' y 'Espacio Abierto Quinta de los Molinos', se ha celebrado bajo el lema 'Perdóname mi amor, voy a cambiar' y ha reunido a estudiantes, artistas y especialistas para debatir sobre la violencia de género en la adolescencia, la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas.
Durante el encuentro se ha destacado la necesidad de que se incorporen más y más mujeres al sector audiovisual y en diferentes roles, pasando de musas a autoras. La sensisbilidad y la forma de dirigir es diferente y las cifras siguen siendo desiguales, han explicado desde la organización.
Los participantes en la mesa opinan que existe una falsa sensación de haber alcanzado mucho, pero que todavía queda un largo camino por recorrer, sobre todo, en los espacios menos visibles y los ámbitos familiares, donde cuesta más lograr un empoderamiento real de la mujer y marcar límites a las conductas machistas.
Laura Casado, alumna de Bachillerato, ha dicho que hace todo lo posible por que no le influencien estas conductas, pero asegura que, el día a día está lleno de pequeños detalles machistas, muchas veces disfrazados de caballerosidad.
Marta Prado Pascual, coordinadora del Plan Integral de COnvivencia en el distrito de Villaverde, ha comparado la situación con un iceberg en el que se tiende a ver sólo la punta, que sería la violencia física, sin prestar atención a los pequeños detalles diarios que son la base.
Por su parte, Ritxar Bacete, autor de 'Nuevos hombre nuevos: la masculinidad en la era del feminismo', ha añadido que las personas construyen su identidad "de forma similar a la de una personaje de una obra" y, así, "dependiendo del proceso de aprendizaje y socialización" que vive la persona "expresa y perpetúa estos estereotipos". Por lo que, a su juicio, la violencia y la competividad no deberían ser elementos de construcción de la identidad de género y la mejor forma de derribar las barreras. Corregir estos estereotipos es inculcar la empatía, ha concluído Bacete.