Estudios previos ya han estimado que más del 50% del riesgo de esclerosis múltiple se puede atribuir a factores ambientales y que 1 de cada 5 casos podría estar relacionado con el tabaquismo.
La obesidad al principio de la vida estaría cada vez más relacionada con la incidencia de esclerosis múltiple, porque una proporción cada vez mayor de la población en los países occidentales es obesa.
Los autores consideran que si se confirma que estas observaciones son causales, se podría reducir la incidencia de la esclerosis múltiple, con el ejercicio físico y una dieta saludable para combatir la obesidad en los primeros años de vida.