Además de apostar por una alimentación variada y equilibrada, una nueva investigación demostraría los beneficios de permitir a los más pequeños de la casa elegir la cantidad de comida que toman.
Los responsables de este estudio concluyen que, de esta forma, se favorece la salud de los menores y se reduce el riesgo de que padezcan obesidad u otras enfermedades metabólicas al llegar a adultos.
El estudio refleja que, aunque muchos niños y niñas son capaces de saber cuándo están llenos, también se ven influenciados por la presión de padres, madres y educadores a la hora de tomarse las raciones de comida propuestas por los adultos.
Por ello, los especialistas aconsejan que, dentro de un entorno saludable y basado en una alimentación rica y variada, se intenten evitar comportamientos rígidos sobre la cantidad de comida que tienen que tomar los más pequeños de la casa.
De esta forma, la mejor manera de garantizar una nutrición saludable pasa por dejar a los niños escoger qué tomar y en qué proporción, dentro de una serie de opciones saludables y respetando algunas normas, como un horario regular de comidas diarias.
Además, también se aconseja a los adultos estar más atentos para evitar la saciedad de los menores y no presionarlos para que sigan comiendo cuando llegan a su límite.