0 a 5 meses de edad
Durante los primeros cinco o seis meses de vida, la alimentación exclusiva con una cantidad adecuada de leche, es suficiente y aconsejable para una óptima nutrición de nuestros hijos. La leche de pecho o leche materna es la más adecuada para la alimentación del niño y es recomendable su utilización el mayor tiempo posible.
Cuando la lactancia materna no es suficiente o si existe algún impedimento para su práctica, se le proporcionará al niño una leche artificial especial de inicio.
Se debe preparar a concentración estándar (por cada 30 cc de agua hervida y tibia o mineral sin hervir, se añade un cacito raso de polvo de leche sin comprimir). Se le puede dar al niño de forma “exclusiva” o preferiblemente “mixta”, como suplemento de la lactancia materna.
Cerca del 6º mes de vida, pero nunca antes del 4º, se le puede ofrecer al niño algún alimento diferente a la leche.
5 meses
Cerca del sexto mes de vida, pero nunca antes del cuarto, se empezará a ofrecer al niño los primeros alimentos diferentes a la leche, denominados alimentación complementaria o “beikost”.
Estos se deben introducir de forma secuencial y escalonada, dejando pasar unos días entre cada alimento nuevo para confirmar su buena tolerancia.
Generalmente se empieza con una harina especial de cereales sin gluten: añadiendo 1 cucharadita en los biberones del desayuno, la comida y la cena, aumentando progresivamente el número de cucharaditas de estos cereales en cada toma, sin llegar a espesar excesivamente el biberón.
Al final de este mes, se le puede ofrecer, en la toma de la comida, un plato de papilla “clarita”, con la misma leche de inicio, y más cacitos de la misma harina sin gluten, con lo que se inicia el período de la alimentación con cuchara.
6 meses
Cuando el niño haya aprendido a comer con cuchara, a los 6-7 meses, se puede sustituir la papilla de leche y cereales del medio día, por un puré de verduras de forma progresiva. Para empezar se puede triturar media patata cocida sin sal, con la papilla de leche con cereales sin gluten que estaba tomando.
Una vez comprobado que lo tolera bien, se le añade media zanahoria cocida. De la misma forma gradual, se le puede añadir otras verduras al puré (puerro, calabazín, acelgas, judías verdes, etc.), excepto espinacas, remolacha, col, coles de Bruselas o nabos, que no se deben administrar antes del año de edad por su excesivo contenido en nitratos.
En general, la cocción debe ser rápida, preferiblemente al vapor. Es aconsejable añadir una cucharada de aceite de oliva al puré.
También en este mes se puede introducir la carne, que debe ser al principio de pollo o ternera fresca o congelada, siempre magra y cocido con las verduras, sin sal.
Después de este primer semestre se puede sustituir la leche de inicio por una de continuación, en la misma concentración (1 cacito raso por cada 30 cc de agua), aunque sería recomendable continuar con la de inicio algún tiempo más, especialmente si el niño tiene problemas gastrointestinales.
7 meses
A esta edad, entre los 7-8 meses, se suele introducir la fruta (aunque se pueden ofrecen antes que las verduras a los 6-7 meses). Se empieza ofreciendo en la toma de la merienda medio plátano triturando con su leche. A esto se le van añadiendo otras frutas en los días sucesivos, como media pera, manzana, y otras frutas, incluso frutas de temporada, teniendo cuidado con las laxantes. Poco después se puede sustituir la leche de esta papilla por zumo de naranja.
Se dejará para después del año de vida el melocotón, albaricoque, fresa, fresquilla. No se debe añadir azúcar ni leche condensada. Es recomendable elaborar la papilla de frutas con productos frescos y consumirla inmediatamente después de su elaboración.
Tanto los purés como las papillas deben estar muy bien triturados al principio, pero es conveniente ir acostumbrando al niño a elementos más sólidos de alimento y así estimular progresivamente la masticación.
8 meses
A esta edad ya se pueden sustituir los cereales sin gluten por otros con gluten en el biberón y las papillas. El gluten es una proteína que contienen algunos cereales como trigo, avena, cebada, centeno.
9 meses
Si el niño no presenta ningún problema alérgico ni existen antecedentes en la familia, se puede introducir el pescado entre los 9 y 10 meses de edad, aunque es preferible esperar al año de edad o más si hay sospecha de antecedentes alérgicos.
Al principio debe ser pescado blanco (merluza, pescadilla, lenguado, gallo), que puede ser fresco o congelado. Puede cocerse con el puré de la comida, un día carne y otro pescado, o a diario en la cena, triturado con leche y cereales o mezclado con alguna verdura. La cantidad de carne y pescado no debe ser superior a 40-80 gr al día en total.
10 meses
Entre los 10-12 meses, se suele introducir el yogur que preferiblemente se debe dar sin azúcar y de sabor natural.
11-13 meses
Al llegar al año de vida, se puede introducir el huevo comenzando por un cuarto de yema de huevo que se puede añadir a su puré en la comida o en la cena.
Lentamente se aumentará esta cantidad de yema y al mes siguiente se introducirá la yema con un cuarto de clara, siempre bien cocidos. Esta clara también se aumentará progresivamente hasta llegar a ofrecerle 2 huevos enteros por semana, pero no se debe abusar más por su elevado contenido en colesterol. También se le puede preparar más tarde tortilla francesa, jamón cocido York, etc. Las legumbres se ofrecerán más adelante (a los 13-18 meses), comenzando por las lentejas, al principio dentro del puré y después se pueden dar enteras.