Cuando ingerimos lactosa, el intestino la degrada gracias al enzima llamado lactasa, que desdobla la lactasa en dos azucares sencillos, la glucosa y la galactosa, los cuales son eficazmente absorbidos en el intestino delgado. Pero, si la producción de lactasa es insuficiente, al tomar lactosa nuestro intestino no será capaz de absorberla de forma adecuada y aparecerán una serie de síntomas.
Cuando la intolerancia es provocada por causas genéticas (70% de los casos), la época donde suele aparecer es tras el periodo de lactancia y esa persona la mantendrá de por vida.
Es menos frecuente que la intolerancia a la lactosa esté producida por causas secundarias relacionadas con la agresión de la mucosa intestinal, enfermedades inflamatorias intestinales o por la celiaquía.
Los síntomas de esta patología son los mismos para los adultos que para los recién nacidos, pero, es importante distinguir si se trata de intolerancia a la lactosa o de una alergia a la proteína dela vaca. Esta última suele afectar transitoriamente a niños que no han cumplido los tres años y se puede manifestar con erupciones cutáneas acompañadas de picor, moqueo, sibilancias o tos.
Sin embargo, los síntomas de la intolerancia a la lactosa son distintos puesto que afecta directamente al intestino. Se presentan dolencias abdominales, flatulencias, vómitos, hinchazón o ruidos estomacales. Cualquiera de éstos puede ser leve o grave pero, si una persona los presenta de forma continua, es recomendable acudir a un médico para que confirme o desmienta esta suposición con un analítica o a través del test de hidrógeno espirado, que se permite determinar la cantidad de hidrógeno formado por la flora intestinal tras haber ingerido previamente un tipo de azúcar, en este caso lactosa.
Ante esta intolerancia, los médicos recomiendan reducir el consumo de lactosa hasta cantidades que no provoquen malestar con una dieta más restrictiva y con la disminución o eliminación de alimentos precocinados que puedan incluir la lactosa en su composición.
También pueden recetarse suplementos orales de lactasa para mejorar la digestión pero, suelen tener efectos secundarios como la posible alteración de los sabores de la comida, sobre todo la que es dulce.