Después de meses de rutinas establecidas, las vacaciones suponen un momento de libertad para los niños. Para que en verano los niños mantengan los hábitos alimentarios saludables que han adquirido a lo largo del curso, es necesario adoptar menús a una época en la que sus necesidades son muy diferentes a las de los meses escolares.
El verano supone libertad, donde las normas se relejan pero no podemos olvidar que la alimentación es tan importante como el sueño y las actividades deportivas para que gocen de buena salud.
Los niños se someten en estas fechas a un importante desgaste que conviene tener en cuenta en una época marcada por el calor y en la que evitar la deshidratación debe ser una de las principales preocupaciones. Además se pueden aprovechar las vacaciones para innovar recetas y enseñar a comer más sano, algo que durante el resto del año se suele delegar en el colegio.
Los expertos insisten en una alimentación equilibrada, pero como también es tiempo de disfrutar, lo mejor es optar por recetas ligeras y sencillas de preparar. Así conviene tener en la nevera variados alimentos de temporada como verduras, hortalizas, frutas… que son una estupenda opción para que los más pequeños prueben nuevos sabores y están llenos de nutrientes y vitaminas.
Tenemos que tener en cuenta una serie de factores y de cambios para lograr que la nutrición de los más pequeños en verano siga siendo la adecuada.
1. Mantener las cinco comidas al día
A pesar de la relajacion en las normas y de los inevitables cambios de horario, la dieta ha de seguir la organización y mantener cinco comidas al día. Tres principales: desayuno, comida y cena; y otras dos más ligeras a media mañana y a media tarde.
Tanto en verano como en invierno es necesario empezar el día con un buen desayuno, en el que debemos incluir leche, cereales, zumos o piezas de frutas. El aporte calórico y vitamínico del desayuno es clave para que puedan iniciar un día lleno de actividad. El desayuno debe aportar nutrientes para lidiar con toda una mañana de actividad.
En las comidas debemos evitar la fritura, la mejor opción los alimentos a la plancha. Siempre es mejor consumir alimentos guisados, cocidos o asados.
Un tentempié a media tarde es fundamental para no llegar con tanta hambre a la hora de la cena y evita bajadas de glucosa, sobre todo, en verano cuando los niños desarrollan más actividad física. Bocadillos y sandwiches, acompañados de leche, yogures y zumos de fruta son buenas alternativas para completar la alimentación de verano de los niños.
2. Alimentos refrescantes para los niños
Verduras y hortalizas de temporada
Las verduras de temporada son un primer plato completo y nutritivo, ya que proporcionan vitamina C, carotenos, folatos, hidratos de carbono, fibra y sales minerales. Una estupenda opción son las ensaladas que resultan fáciles de preparar y mantienen la piel nutrida e hidratada frente al sol. Podemos apostar por el gazpacho, refrescante y una importante fuente de fibra y vitaminas.
Frutas variadas y de temporada
Es el momento ideal para introducir frutas de temporada, gracias a su alto contenido en agua, vitaminas, minerales y fibra las hace apetecibles hasta para aquellos niños a los que les cuesta comerlas el resto del año. Con presentaciones variadas como macedonias, con yogur, bañadas en leche, en helado… y además son bajas en calorías.
Zumos
Son bajos en calorías y están llenos de nutrientes que ayudan a tus hijos a crecer. Una fuente importante de vitaminas y minerales, la mejor opción son los zumos naturales y no envasados. Tienen la ventaja de aprovechar todos los beneficios de las frutas crudas.
Helados
Una forma divertida y nutritiva que les encantan a los mñas pequeños de la casa. Son una fuerte importante de calcio, gracias a la combinación de frutas,leche y yogures.
Recuerda, en verano es imprescinble que los niños respeten las digestiones. Se debe esperar al menos una hora y media o dos después de comer para bañarse en la playa o en la piscina. Un corte de digestión puede ocasionar dolor abdominal, náuseas, vómitos y pérdida de conocimiento.