A pesar de ser la comida más importante del día, solo el 3,8% de los niños españoles realiza un desayuno completo y equilibrado, lo cual aumenta las posibilidades de padecer obesidad infantil, según ha reflejado el estudio Aladino realizado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.
El desayuno ideal es aquel en el que se aportan los nutrientes necesarios para comenzar bien el día, entre ellos las grasas insaturadas como la margarina, el aceite de oliva o los frutos secos.
La primera comida del día deberá contener cereales, especialmente integrales por aportar hidratos de carbono y fibra; galletas o tostadas de pan integral y una pieza de fruta para aportar al cuerpo las vitaminas necesarias para afrontar bien el día. Todo esto sin dejar de lado los productos lácteos (semi o desnatados) en forma de yogur, queso o leche que le darán al cuerpo el calcio necesario para mantener bien los huesos.
Por último no hay que olvidar dedicar el tiempo suficiente a la comida, intentar que la cena sea lo más ligera posible y, por supuesto, combinarlo todo con una actividad física regular que ayudará a tener una correcta salud cardiovascular.