En líneas generales se estima que aproximadamente el 20% del envejecimientode nuestra piel tiene relación con nuestro código genético, mientras que el 80% restante viene determinado por factores internos y externos a los que nos exponemos voluntaria o involuntariamente.
Factores del Exposoma relacionados con el envejecimiento
Actualmente se han determinado siete factores del Exposoma ligados al envejecimiento de nuestra piel. La radiación solar, el tabaco y la polución provocan procesos moleculares que dañan las células y alteran la estructura de la piel. Por su parte, la dieta, el estrés, la falta de sueño y las condiciones climáticas adversas tienen un efecto más indirecto sobre la salud en general y sobre la salud de la piel en particular.
- La exposición solar. Está ampliamente demostrado que, tanto la radiación ultravioleta de tipo A, como la de tipo B (rayos UVA y UVB, respectivamente) son responsables del fotoenvejecimiento de la piel en forma de arrugas, manchas, deshidratación, flacidez, hiperpigmentación… pero además está ligado a la producción de radicales libres que incrementan el estrés oxidativo, a una incidencia más temprana de cataratas oculares, a procesos de fotoinmunosupresión, a las quemaduras solares y e incluso a daños estructurales en el ADN responsables del cáncer de piel.
El daño causado por exponerse al sol de manera prolongada o sin la protección correcta, además, es acumulativo, de manera que las consecuencias se pagan años después de haber tomado el sol sin las medidas de protección adecuadas. Asimismo, en los últimosaños se ha comprobado que, además de la radiación ultravioleta, la visible en concreto la denomina z azul y la infrarroja pueden tener un impacto en la piel, principalmente por un aumento del estrés oxidativo.
- Tabaco. Fumar es un hábito perjudicial para la salud y por supuesto tiene un imapcto negativo en la salud de la piel. El tabaco activa ciertas enzimas relacionadas con la estructura de la piel, incrementa la cantidad de radicales libres y puede llegar a generar alteraciones en el ADN. El tabaco se ha relacionado con ciertas patologías como diferentes tumores de la cavidad oral (lengua, labios, encías), patologías pulmonares, etc. Además, en el caso de la piel, se ha observado un impacto negativo en ciertas dermatosis (patologías cutáneas) como la psoriasis o la rosácea.
Asimismo, el tabaco afecta a la microcirculación, lo que implica una menor oxigenación sanguínea y falta de nutrientes a nivel celular, generando en la piel la denominada cara del fumador, con un tono grisáceo característico de las pieles de los fumadores.Además, se asocia una mayor incidencia de manchas y arrugas profundas de forma prematura, localizadas fundamentalmente alrededor de la boca.
- Contaminación. Hace unos años se empezó a estudiar la relación de la contaminación ambiental con la salud de la piel. Los datos apuntan que las partículas sólidas de polución y los hidrocarburos poliaromáticos son responsables del estrés oxidativo relacionado con el daño de las membranas celulares. Además, se ha comprobado que la contaminación actúa de manera sinérgica con la radiación ultravioleta, multiplicando su potencial dañino. Esta asociación perjudicial de radiación ultravioleta y polución es conocida por los expertos como estrés por fotocontaminación.
- Dieta. Los malos hábitos nutricionales están relacionados con prácticamente la totalidad de las enfermedades que afectan al ser humano, bien desencadenando su aparición, bien condicionando su evolución o desarrollo. La piel no escapa a la influencia de la alimentación. La dieta idónea para cuidar la piel es rica en frutas y verduras para asegurarnos un aporte óptimo de antioxidantes. Además, es recomendable consumir proteínas de alta calidad nutricional y restringir el consumo de alcohol, productos procesados, grasas saturadas y azúcares simples.
- Estrés. El estrés crónico impacta negativamente en el envejecimiento de la piel a través del cortisol, una hormona que se produce en mayor cantidad en situaciones de tensión y estrés. Además, se ha comprobado que el estrés agrava enfermedades dermatológicas como la psoriasis, la rosácea, el herpes o la dermatitis atópica.
- Falta de sueño. Durante el sueño tienen lugar mecanismos de reparación celular esenciales para la salud de nuestra piel. Si estos no se llevan a cabo correctamente la piel se resiente, aparecen signos visibles de fatiga como arrugas más marcadas y tiende a perder el agua más fácilmente, generando deshidratación. La falta de descanso nocturno confiere al rostro un aspecto apagado y cansado que se aprecia en la hinchazón de los párpados, las ojeras, las bolsas en la zona inferior de los ojos…
- Condiciones climáticas. Las temperaturas extremas tienen un efecto negativo sobre la piel. El calor excesivo provoca cambios en la estructura interna de la dermis, acelera la oxidación celular y agrava los procesos inflamatorios, un conjunto de circunstancias que los especialistas denominan envejecimiento térmico de la piel.
Por su parte, aunque el frío no tiene efectos tan severos a nivel biológico, sí favorece la deshidratación de la piel y el deterioro de la barrera cutánea que la protege.
Algunos de estos factores del Exposoma, como la contaminación ambiental, son difícilmente evitables. Sin embargo, otros como la protección solar o el tabaquismo dependen única y exclusivamente de nosotros, por lo que se puede incidir mejor sobre ellos.
En este sentido, Laboratorios Vichy ha desarrollado una serie de productos encaminados a corregir los signos del envejecimiento causados por el Exposoma. Estos productos comprenden los antioxidantes tópicos, que son un tratamiento idóneo para combatir los radicales libres, además de algunos productos restauradores de la barrera de la piel. Cabe destacar su innovación Lilftactiv Ampollas PEPTIDE-C, la superdosis antiedad ultraconcentrada en una fórmula minimalista de tan solo 10 ingredientes, de uso diario, con una eficacia inmediata y progresiva.
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