Para llegar a esta conclusión, la doctora Kaitlin Wade, investigadora asociada de la Unidad de Epidemiología Integrativa del Consejo de Investigación Médica de la Universidad de Bristol y su equipo analizaron la posible relación entre el aumento del índice de masa corporal (IMC) y la salud cardiovascular.
Los autores plantearon la hipótesis de que el riesgo cardiovascular debido al aumento del IMC probablemente surgiera en la adolescencia. Así, los investigadores fueron capaces de utilizar los datos genómicos para detectar la probable relación causal entre mayor IMC y mayor presión arterial y el índice de masa ventricular izquierda a los 17 y 21 años.
Un engrosamiento del ventrículo izquierdo en el corazón (hipertrofia) significa que tiene que trabajar más duro para bombear sangre y es un marcador común para la enfermedad cardiaca.
Un mayor IMC no parecía tener un efecto sobre la frecuencia cardiaca en estos adultos jóvenes, aunque estudios previos han demostrado una asociación, muy probablemente debido al sesgo causado por la mezcla de los efectos de un factor adicional que lleva a una distorsión de la verdadera relación.
Los resultados de esta investigación apoyan todos los esfuerzos para luchar contra la obesidad desde una edad temprana con el objetivo de prevenir el desarrollo de cambios cardiovasculares.