Tras el confinamiento, al salir a la calle conviene proteger nuestra piel de los efectos perjudiciales del sol. Sobre todo, después de haber pasado largas temporadas sin salir de casa. Ya que nuestro cuerpo necesitará algo de tiempo para volver a adaptarse a la radiación solar.
De esta forma, los expertos recomiendan evitar aquellas horas del día donde la acción solar es más dañina, si bien se sintetizan en mayor medida los niveles de vitamina D. En este caso, la franja horaria con más probabilidades de producir quemaduras se situaría entre las 12:00h y las 16:00h.
Para acostumbrar nuestra piel a los efectos del sol, no es necesaria una exposición prolongada, ya que los especialistas recuerdan que solo hace falta que estemos bajo los rayos solares 15 minutos al día, y tres veces por semana. Así, y haciendo uso de protectores solares, conseguiremos que la exposición paulatina al sol sea lo más beneficiosa para nuestro organismo.
Si bien el cáncer cutáneo se sitúa como la patología más frecuente de este tipo, tan solo un 18% de la población protegería su piel de quemaduras solares en todo momento. Así, resulta esencial tomar todas las precauciones necesarias, una vez que se normalice la situación. Sobre todo, a la hora de tomar el sol si hemos permanecido encerrados en nuestros hogares durante la mayor parte de la cuarentena.