Siempre ha existido el debate sobre si el peso de los hijos viene heredado de los padres o si por el contrario depende de los hábitos de vida que sigan.
Ahora, un estudio de la Universidad de Sussex, en Estados Unidos, ha demostrado que hasta el 40% del índice de masa corporal (IMC) vendría heredado por los padres, es decir, que lo que indica la obesidad o la delgadez proviene, en parte, de la genética.
Además, en el caso de los niños obesos, esta proporción heredada aumenta hasta el 55-60%, por lo que más de la mitad de esta tendencia al sobrepeso está determinada por el entorno familiar.
En la investigación, publicada en la revista 'Economics and Human Biology', han participado 100.000 niños y sus padres procedentes de Reino Unido, Estados Unidos, China, Indonesia, España y México.
De esta forma, han descubierto que la transmisión intergeneracional del IMC es constante y un 20% del mismo corresponde a cada progenitor. De igual forma, han comprobado que el efecto del IMC de los padres sobre sus descendientes depende de cual sea el IMC del niño.
Así, un niño más delgado solo presenta un 10% procedente del IMC de la madre y otro 10% del padre, mientras que los niños obesos incluyen una transmisión del hasta el 30% por parte de cada progenitor.
"Esto demuestra que los hijos de padres obesos son mucho más propensos a ser ellos mismos obesos cuando crecen, ya que el efecto de los padres es más del doble para los niños más obesos que para los niños delgados", ha señalado Peter Dolton, autor principal del artículo.
Los expertos alertan del problema de la obesidad y consideran que este proyecto "debería servir para reflexionar sobre en qué medida la obesidad es el resultado de factores familiares y una herencia genética, en lugar de decisiones individuales".