El estudio, en el que ha participado el Instituto de Medicina Predictiva y Personalizada del Cáncer (IMPPC), que es el centro de investigación biomédica de Can Ruti, se ha llevado a cabo experimentando cómo la ingesta de altas cantidades de azúcares en moscas de la fruta entre dos y un día antes del apareamiento provoca obesidad en su descendencia.
Este estudio, publicado en la revista 'Cell', proporciona información detallada sobre cómo ciertas características metabólicas son heredadas, y podría servir para que los investigadores determinen si en las personas obesas se puede alterar el metabolismo al principio de la vida o más adelante.
Tanya Vavouri, la investigadora principal del Instituto de Medicina Predictiva y Personalizada del Cáncer ha explicado que la obesidad estaría causada porque la alta ingesta de azúcar por parte de las moscas los días antes del apareamiento afecta directamente a la expresión genética del embrión.
Vavouri ha indicado que las altas ingestas en azúcares incrementan la expresión genética a través de cambios epigenéticos que afectan a la actividad de los genes, pero sin cambiar la secuencia fundamental del ADN de la muestra, según han podido comprobar en ensayos con moscas y ratones.
Además ha señalado que, pese a que este estudio es "básico", los descendientes de las moscas macho que habían estado sometidos a dieta con azúcar, "se mostraron con cuerpos notablemente más gordos".
La investigadora, Tanya Vavouri, ha explicado que pese a que el experimento se ha realizado en moscas de la fruta y en ratones, los resultados demuestran "cómo la obesidad sí puede ser heredada por generaciones". Además ha apuntado que "esta investigación da una idea de cómo este tipo de información genética puede ser transmitida de progenitores a sus descendientes", y ha asegurado que les ayuda a concretar "cómo la dieta de los padres puede afectar e incrementar el riesgo de sus hijos a sufrir obesidad".
Aún así, Vavouri ha admitido que, de momento, esta investigación "no se traducirá en ningún medicamento, pero sí permitirá a la comunidad científica entender porqué hay personas que sufren obesidad y cómo afecta directamente la dieta de los progenitores".
También, la investigadora ha destacado las similitudes en el sistema de regulación genética que comparten los ratones o las moscas con los seres humanos, por lo que el estudio "indica que los mecanismos de cambios epigenéticos de los humanos son muy parecidos y permiten hacer una observación fiable".
El doctor Pospisilik asegura que "es muy temprano para entender cómo las experiencias de los padres pueden reprogramar la fisiología de su descendencia para toda la vida", pero este afirma que los mecanismos descubiertos "son un primer paso que puede cambiar profundamente la visión y prácticas que se aplican en medicina".