Muchos niños comen mal en casa, por lo que cuando llega la hora de la comida o la cena, esta oportunidad de pasar un tiempo en familia se convierte en un momento de peleas entre padres e hijos, esto nos cuentan desde Guía Infantil.
Sin embargo, cuando los niños comen en el comedor del colegio parece que la situación cambia y la comida es un momento más del día. Pero esto no se debe a que los platos del comedor escolar le gusten más a los pequeños de la casa. La psicóloga Silvia Álava explica a 'Guía infantil' a qué se debe este cambio de actitud.
Una pregunta que suele surgirle a los padres es que, si cuando un niño no come bien en casa, es mejor dejarle en el comedor. Álava revela que, cuando un niño no come bien en casa, es un error dejarle a comer en el comedor. Es una tarea de los padres enseñar a comer a sus hijos para que, cuando lleguen al comedor, los trabajadores del centro puedan reforzar ciertas conductas.
Otro error que pueden cometer los padres es emplear el comedor social como castigo cuando los pequeños no comen bien. No se debe decir a un niño que si no come bien irá al comedor del colegio, pues los padres no saben si en algún momento tendrán que dejar a su hijo en el comedor por un problema de horarios u otros temas.
El hecho de que los niños coman mejor en el comedor que ne casa se debe, simplemente, a una cuestión del entorno. El niño piensa que si todos sus compañeros comen bien, él no va a ser el único que no coma. Además, en el colegio existe una dinámica que indica que, cuando se ha acabado el tiempo para comer, se baja al patio. Si el niño no ha acabado, se queda hasta que termine de comer y no sale con sus amigos a jugar.
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¿Los niños que comen mal deben almorzar en el comedor del colegio?
La hora de la comida puede llegar a convertirse en un momento de sufrimiento para algunos padres e hijos. Hay algunos niños que, generalmente, comen mal en casa pero cuando llegan al comedor escolar, su actitud frente a la comida cambia. Pero esto no se debe a que la comida de casa le guste menos, sino que se debe más al entorno en el que se encuentra el niño.
Objetivo Bienestar
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Madrid | 23/11/2015