Los últimos datos disponibles sobre obesidad en España son los recogidos por el estudio Aladino 2015, elaborado por el Ministerio de Sanidad. De este informe se desprende que la mitad de los niños entre 6 y 9 años tiene algún grado de sobrepeso, una tasa que se reduce a partir de los 11 años, especialmente en el caso de las niñas. Además, el estudio vincula el sobrepeso a factores económicos.
De hecho, el 54,8% de los niños con sobrepeso proviene de familias con ingresos anuales inferiores a 18.00 euros brutos, mientras que el 22,6% pertenece a familias con suelos iguales o superiores a 30.000 euros brutos anuales.
Los niños con obesidad o sobrepeso tienen más probabilidades de ser adolescentes y adultos obesos. Tanto es así que un niño de 10 a 14 años con obesidad tiene un 20% más de probabilidad de padecer obesidad entre los 21 y 29 años.
Entre los factores de riesgo que predisponen a la obesidad, están el peso al nacer, de manera que aquellos niños con pesos altos tienen mayor riesgo de convertirse en adultos obesos. La consecuencias de todo esto está en las enfermedades asociadas a la obesidad, como la hipertensión, diabetes, problemas cardiovasculares e incluso ciertos tumores.
Si no se revierte esta tendencia podríamos estar ante la primera generación de niños con una expectativa de vida más corta que la de sus padres.
El presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo), Francisco J. Tinahones, ha destacado durante la jornada Ciencia, actividad física y deporte para prevenir la obesidad infantil que organizó junto con el Consejo Superior de Deportes, la importancia de los primeros mil días de vida de una persona de cara a determinar si en un futuro será obeso o no. Ha alertado del incremento del sobrepeso en España, donde la prevalencia de esta enfermedad se ha duplicado en los últimos 20 años.
Además del aumento de la ingesta calórica y el descenso de la actividad física, Tinahones ha apuntado entre las causas de estas cifras al descenso de las horas de sueño, la confortabilidad térmica, que hace que se gasten menos calorías, y la modificación de las bacterias intestinales.
Medidas de prevención como en EE UU
Como medidas de prevención, se ha referido a las políticas puestas en marcha en algunas ciudades de Estados Unidos como Nueva York, donde se obligó a los restaurantes a publicitar en los menús las calorías de cada plato, se instalaron dispensadores de agua gratuita en los centros comerciales, se pusieron más carriles bici y se autorizaron mil carros para la venta de verdura y fruta en la calle.
Con estas medidas, la obesidad infantil se redujo en un 1%. En Oklahoma (EE UU) se aprobó una estrategia para impulsar un mayor número de carriles bici, se aprobó un impuesto al azúcar y se obligó a habilitar gimnasios en todos los colegios. Con ello consiguieron dejar de ser una de las ciudades con más sobrepeso de EE UU a convertirse en una de las más saludables, ha destacado Tinahones.