El estudio, llevado a cabo por el Observatorio Nestlé sobre Hábitos Nutricionales y Estilos de Vida de las Familias, ha querido profundizar en el problema de la obesidad infantil y, en concreto, en la falta de concienciación que hay sobre ese tema.
Las conclusiones han revelado que, aunque los niños suelen consumir a primera hora de la mañana productos lácteos como la leche, el yogur o el queso, junto con cereales, la mayoría no ingiere suficiente fibra. Se constata que sólo un 35% de los niños hacen un desayuno adecuado, con consumo de lácteos, cereales y fruta durante la primera comida del día.
Por su parte, el 46% de los niños toma fruta en el desayuno y hasta un 80% no consume productos integrales en esta comida, a pesar de que es uno de los momentos ideales para introducir este tipo de alimentos, tanto en niños como en adultos, por los beneficios saludables que tiene para evitar el sobrepeso infantil.
La investigación denuncia también que el 60% de los pequeños desayuna en menos de 10 minutos, cuando recomiendan dedicarle, al menos, unos 20 minutos.
El desayuno debe aportar el 25% de la energía total del día y debe ayudar al crecimiento y a regular las funciones metabólicas. Por este motivo, la comida debe ser completa y equilibrada, y debe incluir cereales, lácteos y fruta, que potencian la energía y los nutrientes necesarios para afrontar el día.
Este estudio revela también, que los niños más pequeños suelen realizar las 5 comidas, pero a medida que van creciendo, se pierde ese hábito de almorzar y merendar. Así pues, el 53% de los niños de entre 3 y 6 años almuerzan media mañana cada día, mientras tanto, en la franja de 10 a 12 años, el porcentaje solo alcanza el 37%. En el caso de la merienda, la diferencia persiste aunque en menor grado, pasando del 93% al 87%.
Además, el tentempié se considera como una comida entre semana, con un 90% de las personas que lo hacen, por el contrario, solo el 50% lo mantiene el fin de semana.
Aunque no hay unas pautas concretas sobre qué ingredientes se deben consumir en la merienda, la cuarta comida del día debería aportar entre un 10 y 15% de la energía total de la jornada para ayudar a mantener la vitalidad necesaria para emprender actividades que requieren esfuerzo físico y mental a media tarde como, por ejemplo, las actividades extraescolares.