Durante la presentación del informe, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha señalado que la obesidad "es un problema de salud que tiene una causa social" y afecta a uno de cada cuatro escolares con rentas bajas en España.
Los datos, según asegura el ministro, "son contundentes". El 40,6 % de los niños y niñas entre 6 y 9 años tiene un exceso de peso, el 23,3% de ellos sobrepeso y el 17,3% sufre obesidad.
Por categorías sociales, las familias con ingresos inferiores a 18.000 euros y con progenitores sin estudios superiores o trabajo remunerado son el colectivo más vulnerable al exceso de peso. Esos niños tienen peores hábitos alimentarios, como comer más comida rápida, menos fruta diaria o más golosinas.
En el otro lado, se encuentran los menores de familias con rentas superiores a los 30.000 euros y progenitores con estudios universitarios. Estos suelen seguir una una dieta mediterránea y consumir a diario frutas, verduras, legumbres, pescado y aceite de oliva.
El estudio también recoge que los padres y madres de los menores con exceso de peso no perciben el problema y suelen considerarlo como un peso normal o un ligero sobrepeso.
En cuanto a la calidad de la alimentación, el 76,2% de los escolares debería mejorarla. Aunque se consume más fruta que en años anteriores, solo un 20% la incorpora en el desayuno de forma habitual y los alimentos que deberían ser ocasionales se consumen cuatro o más veces por semana.
Además de los hábitos alimentarios, el estudio también ha valorado la actividad física que realizan los escolares en España. La principal conclusión es que el ocio cada vez es más sedentario, especialmente en los niños.