La explicación reside en la expansión progresiva de la prevalencia de la obesidad a nivel mundial, según han advertido los expertos durante el 61 Congreso Anual de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
El ambiente obesogénico está formado por factores que contribuyen a generar la obesidad, como la alteración de los ritmos de actividad y descanso, lo que provoca que los ritmos vitales y los hábitos estén desacompasados. Esto puede tener como resultado una combinación perjudicial de escaso descanso nocturno y sedentarismo.
El desorden en el horario de comidas y de sueño están relacionados con un aumento del riesgo de obesidad, al alterar los reguladores del metabolismo y del balance energético. Por eso, los expertos recomiendan unas rutinas y el seguimiento de unos horarios, además de dormir ocho horas diarias.