Los expertos recomiendan que a todos los niños se les realice un examen visual completo por parte de profesionales ópticos-optometristas, porque, para ellos, la visión es fundamental en estos momentos.
Durante el proceso de aprendizaje, los niños usan su sistema visual para transportar al cerebro la información que reciben y, de esta manera, interpretarla y analizarla. Así, si se realiza el examen, el especialista detectará algún tipo de problema como por ejemplo la miopía, hipermetropía, astigmatismo o el ojo vago, que es uno de los problemas visuales que más influyen en el retraso escolar, se podrán implantar las medidas necesarias para solucionarlo.
Los expertos afirman que un problema de aprendizaje relacionado con la visión puede deberse a cualquier disfunción visual que repercuta en la lectura, por eso, hay que el ojo vago, pro ejemplo, fusiona las imágenes de ambos ojos para trasformarlo en una imagen única y tridimensional que proporcionará fatiga visual, malestar y afectar a la lectura y al aprendizaje.
Este problema afecta sobre todo a niños menores de 7 años que tienen que seguir un tratamiento específico y controlado. Este tipo de tratamientos resulta más eficaz cuanto más joven es la persona, por eso, detectarlo cuanto antes es importante. Para hacerlo las familias y los profesores deben prestar atención los síntomas del pequeño, como, por ejemplo, si el niño se acerca mucho a los libros o a la televisión, o si se distrae continuamente al leer y tiene una baja comprensión de lo leído.
También hay que valorar si el menor se fatiga cuando está sometido a estímulos visuales, escribe mal, reconoce tener la visión borrosa tanto de lejos como de cerca, entorna los ojos para mirar a lo lejos, tuerce el cuello cuando lee o hace los deberes, presenta hiperactividad, invierte las letras, o tiene un bajo rendimiento escolar.