La fruta es uno de los alimentos más sanos y necesarios para el crecimiento de los niños.
Incorporar fruta en el día a día de nuestros hijos tiene numerosas ventajas. Aportan agua necesaria para que los niños estén bien hidratados, tienen pocas calorías y muchas vitaminas y minerales.
A partir de los cinco meses deberemos incorporar este tipo de alimento en la dieta de los bebés e iremos subiendo la cantidad hasta que lleguemos a dos a tres piezas diarias cuando sean adolescentes.
Una de las frutas más completas para los pequeños es el plátano. Contiene potasio, que beneficia su desarrollo óseo, hidratos de carbono, que lo llenará de energía durante todo el día, y fibra, que regulará su tránsito intestinal.
El plátano ha estado denostado porque se pensaba que tenía muchas calorías, pero, nada más lejos de la realidad, está en la media de las calorías propias de la fruta.
El plátano, además de ser una fruta procedente de Canarias, es una fuente de potasio lo que ayuda a que la transmisión de impulsos nerviosos sea mejor y a que la función muscular de nuestros hijos sea buena. En definitiva, los niños, con todo el ejercicio que hacen, ¡necesitan comer plátano!
Además es muy cómodo de pelar y de llevar.