El estudio 'Greenhouse Gases emissions form the diet and risk of death and chronic diseases in the EPIC Spain cohort', coordinado por investigadores de la Unidad de Nutrición y Cáncer del Instituto Catalán de Oncología (ICO) y del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), y publicado en la revista científica 'European Jorna Public Health', también ha revelado que reducir el consumo de carne roja y procesada no sólo reduciría este tipo de emisiones, también mejoraría la 'salud planetaria', porque este tipo de gases son los responsables del cambio climático.
Este hecho también tendría impacto directo con la salud humana, porque el nivel de los gases de efecto invernadero derivados de la dieta afecta al riesgo de mortalidad por enfermedades coronarias y diabetes tipo 2.
La investigación hace un seguimiento a 40.621 personas de cinco comunidades autónomas distintas: Asturias, Murcia, Navarra, País Vasco y la provincia de Granada desde hace unos 30 años.
Los valores de emisión de gases de efecto invernadero de cada uno de los alimentos se han obtenido de una revisión internacional que representa la base de datos más completa que existe hasta la actualidad.
Basándose en estos datos, el consumo de carne roja y procesada es el responsable del 41 % de las emisiones de gases de efecto invernadero de la dieta en la cohorte española y solo un 11% se origina del consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales.
El estudio también pone de manifiesto, por primera vez, una asociación directa entre el nivel de emisiones de gases de efecto invernadero de la dieta y el riesgo de mortalidad. A niveles más altos de emisiones aumenta un 26% el riesgo de sufrir una enfermedad coronaria y un 24 % diabetes tipo 2.
Estos datos muestran que se debería reducir el consumo de carne roja y procesada y aumentar los alimentos de origen vegetal, no solo para prevenir estas enfermedades, también para luchar contra el cambio climático.